Orden Barroco: No hay civilización sin música digna.

El folklore del mundo ibérico de hoy es una continuación viva de esa gran civilización que fue el orden barroco. Las formas musicales, los instrumentos y trajes de esta tradición musical tomaron su forma actual en aquella era. Aquí queremos señalar algunos ejemplos españoles pero más tarde incluiremos hermosos ejemplos de Iberoamérica, Portugal, Filipinas e Italia. Cualquier renacimiento musical popular mundial debe basarse en esta cultura viva.

El fandango es una de las formas musicales más antiguas de España empezando en la Edad Media. Hay muchos tipos. Aquí están los Fandangos Verdiales del Reino de Granada que tienen su origen quizás en la era clásica.

Influencias recíprocas entre el folclore y la música de otros sectores sociales. En la época barroca. Santiago de Murcia, Fandango

Fandango, Boccherini.

Jácaras, Jota, Santiago de Murcia.

La jota es una tradición musical que se remonta a mediados del siglo XVII, en la zona central de Castilla. Sigue viva en muchas partes de España y en otros países. Aquí jotas cantadas y bailadas en Villafranca del Ebro, un pueblo de 800 habitantes.

Ejemplos de transformación de las tradiciones musicales de la época barrocoa en la música y danza actual iberoaemericana.

A veces los pueblos indígenas son más fieles que otros a las tradiciones musicales barrocas. Aquí los huastecos de Méjico - música e intsrumentos como la guitarra barroca que siguen en el mismo cauce.

El Joropo, forma musical de la region llanera de Colombia y Venezuela, tiene sus origenes en el fandango en plena época barroca.

Las Sevillanas son un desarrollo andaluz de las Seguidillas castellanas del siglo XV.

De Castilla, otro tipo de fandango

Rondeña de Castilla, con laúdes.

Fandangos de La Mancha.

Las universidades españolas suelen tener varias Tunas, directamente inspiradas en el Barroco.

Antonio de Cabezón...

Conmemoración del fin de la presencia musulmana en la península. La celebración de la toma de Granada, el dos de enero 2017. La espada de Fernando de Aragon y la corona de Isabel de Castilla, y el pendón de los Reyes Católicos ante las aclamaciones de los granadinos.